El suave velo del amor que cubre nuestros rostros cuando estamos enamorados de una persona.
con el tiempo y cuando miras en retrospectiva puedes observar cómo no era ni suave, ni velo, sino una sesión de tortura donde el amor te sacó los dos ojos y te dio una patada en el pecho.
Y siempre te encontrarás con ese amigo o esa amiga que te mirarán con ternura y dirán “te lo dije”.
Cuando le platiques que aquella princesa por la que te desvivías, o aquel príncipe que te bajó las nubes, te colocó en una piedra azteca y te sacó el corazón en sacrificio.
Digamos que nosotros somos ese amigo, y para que no falles (tanto) en el amor, te dejamos con esta serie de comparaciones de cómo tu ves a tu enamorado o enamorada, a cómo realmente es.
Ojo y mucho cuidado
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