Seguramente ya alistaste todas tus cosas para irte a vivir a Islandia, la pequeña isla vikinga donde según el rumor, te pagan por ir a casarte con una sexi islandesa. Pero ahora la pregunta que a todos les surgió fue: ¿qué haré en un lugar donde la noche dura seis meses, lo mismo que el frío? Bueno.
Además de que lo único que se me ocurre hacer es estar con una islandesa, esta lista también te servirá: incluye aguas termales, vida nocturna y paisajes increíbles, además de comer tiburón fermentado y bucear en la división tectónica del mundo.
Todo para que lo disfrutes con tu nueva esposa.
Es la trampa de turistas más grande, pero lo vale. Localizada cerca del aeropuerto de Reykjavik, la laguna es básicamente la más grande alberca de agua termal; con bebidas alcohólicas, fiestas de solteros y mascarillas de lodo. Además, está llena de bellas chicas nativas.
La forma más exclusiva de acudir a un manantial de aguas termales es hacerlo en helicóptero. Puedes volar a un volcán remoto para sumergirte en el agua. Hay muchos tipos de charters que vuelan desde Reykjavik para llevarte a la parte suroeste de la isla, donde puedes hacer tu picnic, nadar y pasar el rato.
Olvídate de la gran barrera de coral, la más exclusiva y nueva manera de hacerlo es en la gran grieta que divide las placas tectónicas de Eurasia y América del Norte, en el parque nacional Þingvellir. Los expertos aseguran que flotar en la grieta tectónica, llena de cristales y agua cristalina, con 150 metros de visibilidad, es como meditación en movimiento. Necesitas rentar un traje de buceo muy grueso porque la temperatura del agua es de entre 2°C y -4°C.
Aumenta tu disparo de adrenalina trepando a una moto de nieve y corriendo en carreras sobre el glaciar Vatnajökul, el más grande de Islandia y el tercer más grande del mundo.
La única manera de conocer Islandia es a campo traviesa, en camionetas 4×4 que puedan atravesar el terreno escarpado. Mientras la mayoría de los turistas se suben a los camiones que los llevan a lugares planos y tradicionales, tú puedes buscar la verdadera diversión y usar uno de estos vehículos para moverte.
Las compañías de viajes de aventura están más que dispuestas para llevarte en una de sus muchas camionetas especiales a los glaciares, por campos abiertos, a las dunas de arena negra y a los volcanes, en un viaje muy movido pero muy divertido.
No hay nada más espectacular en el mundo que las luces del norte, y el mejor lugar para verlas es Islandia. En el río Ranga, a una hora de Reykjavík, puedes quedarte en el hotel que tiene un observatorio con dos telescopios nivel NASA. Incluso tiene temas continentales en sus distintas habitaciones.
Hace una década, la ciudad tenía la reputación de ser un lugar de fiestas realmente desenfrenadas. Muchas despedidas de soltero y de soltera tuvieron lugar ahí, miles llegaban cada año, por su increíblemente decadente atmósfera.
La clave de una gran aventura en Islandia es salir de los caminos pavimentados y escalar en el corazón del país. Solamente puedes llegar en camioneta, helicóptero o a pie a la reserva natural Þórsmörk (el valle de Thor). Está localizado en el valle Húsadalur. Ahí hay un hostal rústico donde sirven desayuno, comida y cena, y tiene un bar. Está rodeado de volcanes activos, glaciares gigantes y enormes valles.
¿Crees que lo habías visto todo? Entra en la increíble red de cuevas de los glaciares de Islandia. Haz espeleología en las cavernas creadas por millones de años. Es una especie de viaje psicodélico.
Si te quieres sentir enorme, súbete a una mini caballo de Islandia. Aunque no es tan pequeño como los ponis, estos caballos son pequeños que pueden andar por muchos kilómetros. Además, tendrás una muy buena foto para tu Instagram.
Ubicado en un lo que fuera un baño público, este museo “saluda al punk islandés y a la escena de la nueva ola que empezó en 1978”, se lee en su página de Facebook.
Al final del recorrido, que está sobre urinales y excusados, hay una instalación para que puedas sacar el punk que llevas dentro, tocando un instrumento.
Anthony Bourdain se quedará corto con esto. Esta rara comida de tiburón fermentado en orina parece un arma química, y lo más desagradable del mundo. Pero si está preparado correctamente, no en una lata con orines de cinco años, el Hakarl al parecer no es tan malo. Lo difícil es respirar por primera vez luego de la primer mordida, cuando el sabor aparece.
Aquí es cuando el licor Brennivin hace su aparición. Para enjuagarte el sabor del Hakarl, usa dos o tres shots.
Ya que el invierno es tan largo en Islandia, los nativos tuvieron que inventarse algo para hacer: los juegos de cabaña. Una serie de pruebas de agilidad y fuerza que incluyen el juego de la botella, en que tienes que tienes que darte vuelta sin soltarla ni caer, o levantar cosas del suelo con la boca y otras cosas “divertidas” que te ponen a prueba. Todas son más difíciles de lo que parecen.
El primer fin de semana de agosto es el Festival Verslunamannahelgi, en las islas Westman en el sur de Islandia. Descrito como una mezcla de Woodstock con Burning Man, no es siquiera publicitado, pues no quieren que los foráneos sepan de él. Porque las cosas se ponen muy raras. Eso por sí solo hace que quieras ir.
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