La historia siempre es igual cuando conoces a un chico que te hace suspirar: comienzan una interminable conversación vía mensajes y un día te invita a salir.
La cita perfecta: tú en tu vestido veraniego, llegas cinco minutos antes y él ya está ahí esperándote con una linda flor y una buena broma.
Después siguen las sonrisas, la plática y el compartir; llegas a casa y te das cuenta de que podrías enamorarte de este hombre.
La primera cita se vuelve una segunda, tercera, varias, pero en todas siempre puede pasar algo que nos hace gritar “¡trágame tierra!”.
Estas son algunas de las situaciones vergonzosas por las que pasas cuando comienzas a salir con alguien.
¿Apretón de manos o beso en la mejilla? Después de un tiempo, ¿beso en la mejilla o un acercamiento a los labios? Ninguno de los dos sabe bien que hacer…
Ya llevan varias citas, se han besado en algunas ocasiones, caminan de la mano en momentos románticos, pero aún no tienen esa conversación para formalizar las cosas. Así que cuando alguien pregunta: ‘¿son novios?’, solo pueden reír nerviosamente y admitir que son “amigos”.
A veces debes irte a casa a terminar tareas o tienes un compromiso más tarde que no puedes cancelar, pero sinceramente te quieres quedar. Otras veces tienes tiempo de sobra para estar con tu crush y al contrario, él se tiene que ir temprano.
Aún están en esa etapa de conocerse, no lo hiciste a propósito, solo dijiste algo que pensabas. ¿Cómo ibas a saber que esa película que tanto te aburre es su favorita?
Tus amigas lo adoran y él se la pasa realmente bien así que no falta la reunión donde ellas le digan historias vergonzosas tuyas:
¿Recuerdas cuando estábamos en ese bar y te subiste a bailar en la mesa? Fue tan divertido, estabas tan descontrolada…
Antes de saludarlo te preguntas si un ‘buen día’ es muy formal, un ‘hola’ muy seco o mandarle un emoji de beso es demasiado cariñoso. Cuando te contesta pasa lo mismo y tienes que pensar en cómo responderle.
Alguna vez se te salió decirle el nombre de tu ex o de otro de los chicos con los que sales y ahora te preguntas qué hacer para que todo siga normal.
No te ha contestado por horas y quieres seguir hablando con él, así que envías un mensaje equivocado solo para volver a conversar de nuevo.
Porque has pasado horas viendo su Facebook, Instagram, Twitter.
¿Te conté que tengo un perro llamado Rocky?
Pero tu ya sabes que Rocky es un labrador color miel, que lo tiene desde los 10 años y que su peluche favorito es un conejo.
Te lleva a su restaurante favorito y bien sabes que esa comida te provoca malestar. Pero es imposible decirle que no, así que terminas comiendo cosas que no te gustan.
Estás llevando todo relajado y sientes que preguntarle si sale con más chicas será ir muy rápido. Pero en el fondo quieres saber que no es así, que eso va en serio.
Eres de esas chicas que aman tomarse fotos con sus amigas y familia, personas importantes en tu vida. Y ya sientes algo por él y te gustaría preservar el recuerdo, pero te da pena decirle si puedes subirlas a Facebook.
En la primera cita seguiste la regla de solo tomar un par de tragos y después ordenar algo más suave. Pero para la cuarta te sentiste en confianza para pedir varios y se te han salido algunas confesiones:
Te amo.
¿Qué?
Lo que sea. ¡Salud!
Te la estás pasando tan bien y tienes frente a ti una rica hamburguesa, que se te antojaba comer desde hace un mes. Sale tu fiera interna y adiós modales de dama.
Lo invitas a salir en Navidad o en tu próximo cumpleaños pero te das cuenta de que faltan meses para eso. Y piensas que tal vez vas algo rápido, pero sabes que a pesar de todos los osos, quieres que esta relación dure un buen tiempo.
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