Pero qué sucedería si eso no se puede controlar? ¿Qué pasaría si el niño/a no pudiera evitarlo y saludara con una gran sonrisa a todas las personas que pasan?
Con su hija Lauren, Katherine y Paul tienen que lidiar con esta situación todos los días. Lauren es una niña extremadamente simpática de tan solo 3 años, que padece el síndrome de Williams. El síndrome de Williams afecta a 1 de cada 7500 recién nacidos, es una enfermedad muy rara cuya característica más notable es el comportamiento. Lauren no puede evitar interactuar con todas las personas que se cruzan por su camino, tiene una personalidad súper amigable, desinhibida y entusiasta.
A sus cortos 3 años de vida, sus padres pueden cuidarla y guiarla fácilmente a través de su enfermedad, es por eso que en vez de temer por su seguridad, de alguna manera disfrutan de su condición, ya que Lauren llena sus vidas de felicidad y después de ver estas fotos entenderás por qué.
Cuando la pequeña Lauren nació, sus padres primerizos Katherine y Paul estaban muy felices. Desde el momento que la conocieron, sabían que había algo especial en ella.
Pero Katherine y Paul rápidamente se dieron cuenta de que no eran solo sus enormes y hermosos ojos celestes lo que la hacían tan especial… A Katherine le hicieron una cesárea a las 36 semanas, Lauren tenía muy poco peso y la tuvieron que llevar a una unidad especial donde pasaría los siguientes 22 días.
Cuatro meses después, los doctores descubrieron que la pequeña padecía el síndrome de Williams. Una enfermedad muy rara que afecta el corazón, y causa retraso en el desarrollo en otras cosas.
Pero también hace que Lauren sea muy amigable y simpática con todas las personas que ve.
Lauren sabe pocas palabras, pero el ‘Hola’ siempre está presente. A causa de su desorden, ella no puede evitar saludar a todos los extraños que pasan, y no le teme a nadie.
Ir al supermercado puede tomar horas… ya que Lauren quiere detenerse a saludar a todos con una gran sonrisa. La mayoría de las personas también la saludan y dicen que luce como una pequeña muñeca.
Aunque el futuro de la salud de Lauren es incierto, sus padres tratan de disfrutar cada momento con su dulce hija, que no hace más que irradiar felicidad y contagiar su alegría.
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