Cuando Dylan Little nació, hace cinco años, los médicos se dieron cuenta directamente de que algo grave ocurría.
La piel de su espalda estaba mucho más oscura que el resto del cuerpo, y por todo el cuerpo presentaba grandes manchas oscuras.
Vieron entonces que Dylan tenía una grave forma congénita de nevus. El 80% de su cuerpo estaba cubierto por manchas de nacimiento.
Los médicos explicaron a la madre, Kara, que su hijo necesitaría pasar por varias operaciones durante su primer año de vida.
Antes de continuar quiero advertir de que las siguientes imágenes pueden herir sensibilidades.
Los pacientes con nevus congénito tienen un alto riesgo de padecer cáncer de piel, por eso es importante estar pendiente de sus manchas.
Las marcas en la espalda de Dylan eran tan grandes que los médicos que era mejor operarlas para extirparlas. Pero se trata de operaciones complicadas y necesitaría un transplante de piel de otras partes del cuerpo.
Conforme Dylan iba creciendo continuaron las operaciones. Para tener suficiente piel para cubrir las zonas operadas, decidieron ponerle implantes mamarios bajo la piel sana, de esa forma, al quitar los implantes, tendrían piel sobrante para poner en las zonas dañandas.
Dylan tuvo los implantes durante tres meses y fue creciendo también durante ese tiempo. La piel sobrante, al retirar los implantes, fue usada para ponerla en la espalda de Dylan.
Se requirieron muchas operaciones. Tras 26 intervenciones, tenía alrededor de la mitad de las manchas operadas.
“Cruzamos los dedos para que las manchas no generen un cáncer, pero puede ocurrir en cualquier momento. Dylan tiene que ser operado entre cada 3 y 7 meses, dependiendo de la parte del cuerpo de la que se trate”, cuenta la madre.
A pesar de todas las operaciones, Dylan es un niño muy alegre.
“Intentamos hacer lo que es mejor para él. Intentamos darle la mejor vida posible. Dylan me sorprende constantemente, siempre tiene una sonrisa en los labios y piensa que el hospital es suyo. Todas las enfermeras lo conocen y lo adoran”.
Dylan está acostumbrado a tener un aspecto diferente. A menudo ve cómo la gente lo mira por la calle y él mismo suele contar por qué es como es. Pero no todos se lo toman bien.
“Una vez estábamos en una tienda de alimetación y nos dijeron que tenía que salir de allí porque un cliente se había sentido molesto por su aspecto”, cuenta la madre.
Pero esta mamá se niega a esconder a su hijo.
“No tengo miedo a salir a la calle con él y no quiero que él tenga que avergonzarse de nada”, cuenta ella.
Los padres de Dylan han creado una página de Facebook donde se puedo seguir su historia y ver fotos del antes y el después de las operaciones, quí puedes ver más.
Yo creo que Dylan es un chico muy fuerte y muy guapo, incluso con sus manchas. Espero, de todo corazón, que le vaya bien.
Considera compartir la historia de Dylan para aplaudir su lucha.
