La crueldad humana a veces parece no tener límites. Como si abandonar a un cachorrito no fuera lo bastante irresponsable.
Los que fueran dueños de este perrito lo dejaron a su suerte llevando una cadena atada a su cuello.
Y cuando creció, las consecuencias fueron devastadoras.
A Figaro, que así le pusieron al perro, lo encontraron vagando por las calles en el estado de Carolina del Norte, EE.UU.
Con una cadena tan enterrada en su cuello que en algunas partes no se le veía.
Lo llevaron rápidamente a un veterinario, pero como no había ningún doctor disponible que pudiera hacerse cargo.
Los encargados de Control Animal lo llevaron al refugio Animal Alliance de Davidson County, donde los voluntarios rápidamente tomaron cartas en el asunto.
Paula Barkley, una de las rescatistas del refugio, declaró: “Figaro tiene un poco más de un año de edad, y viendo cómo de profunda tiene la cadena, la ha tenido que llevar toda su vida”. Tras una delicada operación, Figaro se libró de su cadena, que le dejó una profunda e infectada herida, pero que con el correcto tratamiento se le curaría.
Tras deshacerse de su carga, el pobre perro se quedó descansando, ¡y por fin dejó salir su lado más alegre y juguetón! “Figaro es muy dulce y amable; era obvio que conocía a todos los que le ayudaron a recuperarse porque cada vez que alguno lo visita, él los recibe con un cariñoso alarido”, cuenta Paula, emocionada.
Y en cuanto se recupere al 100 % podrá encontrar una familia que lo adopte y que, por fin, le dé todo el cariño y calor que su primer dueño no le dio. Viendo lo contento que está con sus rescatistas, es obvio que tiene amor de sobra para todos. ¡Suerte y a disfrutar de la vida, Figaro!
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