Hay distintas partes de los animales que contienen colágeno, pero conseguir que nuestro cuerpo lo produzca no es tan fácil como parece.
¿Cuánto tiempo hace que no te tomas un contundente caldo con huesos de carne o patitas de pollo? Esta sopa es una excelente fuente de colágeno, una proteína fundamental cuya función es mantener unidas las diferentes estructuras del organismo o sea, que es en gran parte responsable del grado de firmeza y elasticidad de nuestro cuerpo.
“Hoy en día hacemos una dieta muy pulida y muchas veces desequilibrada que no ayuda a generar colágeno” A medida que envejecemos,
la producción de colágeno se reduce gradualmente provocando que surjan dolores en articulaciones y músculos, deterioro ocular, pérdida de flexibilidad en la piel… por ello no podemos descuidar la ingesta de determinados alimentos. Pero no todo es tan sencillo como zamparse una sopa repleta de rica gelatina cárnica cada día. Ni siquiera sería sano.
Aunque sabemos que hay distintas partes de los animales que podemos comer que contienen colágeno (como los ligamentos de un bistec) conseguir que nuestro cuerpo lo produzca no es tan fácil, “Si tomas colágeno, por ejemplo, de un tiburón, no tendrás inmediatamente colágeno directo en tus articulaciones, porque las moléculas se descomponen en la digestión y después se recomponen de nuevo para ayudar al funcionamiento del organismo “el colágeno se crea gracias a los aminoácidos que forman las proteínas, por eso es fundamental tomar alimentos que las tengan.
Por ello debemos saber, que si tomamos, , mucha carne, podremos generar un alto nivel de colágeno, pero en la práctica, si lo hacemos “ingeriríamos una sobredosis de grasa saturada animal y eso no es saludable, lo más importante es tener una alimentación compensada, ¿Cuál es la solución? “Tomar alimentos con proteínas de manera razonable -carne, huevos y pescado, algo de lácteos y también vegetales como legumbres, frutos secos, y la soja y sus derivados.
Esta proteína hace de pegamento natural entre las fibras, la cual se empieza a reducir a partir de los 25-30 años debido a que el organismo cada vez va fabricando menos.
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