Emelle Lewis, de 22 años, ha revelado como, estando en el peor momento de su enfermedad, comenzó una peligrosa batalla con la anorexia y consiguió salir victoriosa. La estudiante de psicología, de Huddersfield, enfermó a los 15 años por sentirse “gorda y fea” y tener la necesidad de conseguir un novio.
Ocurrió cuando empezó a acudir al gimnasio con más regularidad y se obsesionó con la comida, comiendo solo pasteles de arroz, ensaladas y cereales de trigo.
Su peso comenzó a descender llegando a los 32 kg por lo que tenía que vestirse con ropa para niños. A pesar de todo, decidió intentar llevar una vida normal de esta forma.
“Todo comenzó en la escuela de secundaria, cuando quería perder peso porque siempre me había sentido gorda.
Me pareció difícil encajar y, cuando todas tenían novio, yo no y comencé a pensar que era porque era gorda y fea,” cuenta Emelle.
No quiso cumplir el tratamiento y le dio un ataque de locura, pensando que los demás estaban intentando arruinar su vida.
“Cuando estaba enferma, no pensé que nada estuviese mal. No quería deshacerme de mi trastorno alimentario y me negué a cumplir con el tratamiento. Estaba convencida de que todos estaban en mi contra, mintiéndome e intentando arruinar mi vida,” confesó.
Cuenta que no se sentía débil ya que su cuerpo se había adaptado a su peso pero sentía tanto frío que llegaba a ser doloroso. Además dijo a su familia que era vegana para poder comer lo que ella quería. Se alimentaba a base de hummus, pasteles de arroz, ensalada, fruta y cereales de trigo.
Un día comenzó a seguir en instagram cuentas de recuperación y todo cambió. Decidió no morir y se inspiró en chicas que habían superado la enfermedad para poder salir hacia adelante. Sabía que el camino sería duro pero le dijo a su madre que quería recuperarse.
“Recuerdo haberme acostado un día en la cama sintiendo que me estaba muriendo y dándome cuenta de que no había conseguido nada en la vida y que mi historia no podía terminar. Este día supe que tenía que empezar a luchar y mostrarle al mundo quién era,” cuenta.
Durante su batalla, las visitas al hospital se volvieron muy frecuentes pero consiguió superarlo gracias a su familia, el personal del hospital y un psicólogo.
“Cuando decidí elegir que quería recuperarme, estaba aterrorizada ya que al asumir ese compromiso tenía que cumplirlo. Gran parte de mi pensaba, ¿y si fallo? Me sentiría muy avergonzada si digo que me voy a recuperar y luego me rindo a mitad de camino,” explica.
“A pesar de recaer siete veces, mi madre siempre creyó en mi y estaba dispuesta a hacer todo lo posible para que me recuperase. Sin embargo, mi padre, mis doctores y mi psicólogo estaban un poco dudosos ya que pensaban que sería como las otras veces en las que dije que mejoraría pero no lo hice,” confiesa.
Emelle cuenta que lo peor sobre la recuperación era tener que vivir su vida de una forma diferente a la esperada, contra todo lo que había creído durante los últimos años, pero superar la anorexia consiguió fortalecer su mente.
Actualmente, Emelle pesa 55 kg y come seis comidas equilibradas al día, llegando a consumir 2800 calorías. Entrena en el gimnasio por las tardes y espera a los fines de semana para darse caprichos como dulces o cenas fuera de casa. Sus amigos y familia dicen que están muy orgullosos de la mujer en la que se ha convertido.
Emelle desea inspirar a otros y para ello dice: “la vida es demasiado corta y solo vivimos una vez, no desperdicies tu vida siendo controlada por un trastorno alimenticio”.
“Ahora todavía tengo días malos para mi imagen corporal pero la mayoría de los días me siento orgullosa de lo que he logrado. Me encanta verme mejorar en el gimnasio y volverme más fuerte, sabiendo que lo he conseguido yo,” dijo.
Emelle agradece estar viva e intenta ser positiva en cualquier situación. Además, reconoce que el levantamiento de pesas la ayudó mucho con la recuperación y aconseja a otros a encontrar algo que les apasione y enfocarse en ello. “Ama a tu cuerpo por lo que es, porque un día no lo tendrás”.