Este perrito de orejas puntiagudas era en realidad un perro híbrido. Esto supuso que el refugio no podía cuidar de él por ser un animal salvaje.
“New Boy”, tal y como le llamaron, pertenece a una raza que es difícil de cuidar, ya que los híbridos pueden ser muy impredecibles. Si el regfugio no encontraba un hogar alternativo Castiel debía ser sacrificado.
Afortunadamente, W.O.L.F Sanctuary recibe a estas hermosas criaturas y Castiel fue llevado a Colorado para empezar una nueva vida.
Este fue el principio de la increíble historia de un perro que no sólo encontró un hogar sino también amor y amistad genuinos.
Cuando encontraron a Castiel estaba merodeando por un suburbio de Los Angeles llevando un collar, así que mucha gente creía que tenía dueño. Pero su comportamiento y cuerpo malnutrido hizo que el vecindario se preocupara y que algunos residentes decidieran buscarle ayuda.
Castiel fue llevado primero a un refugio de perros. Ahí descubrieron que era un lobo híbrido.
Cuando Castiel llegó al Santuario W.O.L.F estaba tan asustado que ni miraba a otros animales. Se sentaba en una esquina y se negaba a moverse.
Afortunadamente, el personal fue capaz de bañarle y tratarle, lo que necesitaba desesperadamente, considerando que estaba lleno de parásitos y que tenía sarna.
Lentamente empezó a recuperarse. El centro de rescate convocó un concurso para dar nombre al animal y el ganador fue “Castiel”, en referencia a la serie de televisión “Supernatural”, donde Castiel era un ángel de la resurrección.
No es difícil ver porqué le pusieron ese nombre. Pronto empezó su transformación: su pelo volvió a crecer, sus infecciones desaparecieron y ganó peso.
El personal del santuario decidió que era hora de que Castiel conociera a sus nuevos amigos.
Castiel había vivido una vida tan solitaria que al principio era muy tímido. No sabía cómo actuar con otros animales.
Castiel al principio se aislaba y disfrutaba de la tranquilidad de la naturaleza.
Sin embargo, el personal del Santuario W.O.L.F vio los progresos que hacía y notaron cómo se volvía cada día más sociable.
Tras presentarle a varias hembras lobo (algo cómo preparle “citas para lobos”) conoció a Tenall, una loba que había sido rescatada en Wisconsin.
La hembra de 3 años era amistosa y enérgica. También estaba muy interesada en Castiel.
La pareja empezó a pasar más tiempo junta. Michelle Proulx, directora del santuario W.O.L.F explica: “Tras varios días, Castiel se dio cuenta de que ella no le haría daño”.
Igual que pasa con nosotros los humanos, se necesitaba a la persona correcta para abrir el corazón de Castiel, y ella también le ayudó a superar su traumático pasado.
Ahora el vínculo entre estos dos perros lobo crece fuerte cada día y Castiel parece más feliz y saludable que nunca antes.
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