Hace unos años Sonya Brennan –una ciudadana británica de 46 años, residente en South London– estaba tan obesa que evitaba bajar a la calle por el descomunal esfuerzo que le suponía acarrear su propio peso.
La madre de cuatro hijos llegó a la obesidad debido a la agorafobia que padecía -miedo y ansiedad a estar en espacios públicos- pues se limitaba a estar encerrada tras las paredes de su propio hogar.
De este modo, pasaba su tiempo comiendo patatas fritas y dulces, algo que al cabo de los años le pasó factura en su peso y estado de salud. Pero no fue hasta que su hermano la llamó “desaliñada” que Sonya no se dio cuenta de que debía hacer algo al respecto.
Fue entonces cuando decidió salir a la calle y andar. Al principio fue difícil, pero con el tiempo fue perdiendo peso ganando afición por aquello de practicar deporte.
perdiendo peso ganando afición por aquello de practicar deporte.
En el vasto mundo de las maravillas botánicas, existe una planta que se ha ganado…
Rica en nutrientes como potasio, flavonoides y antioxidantes, la seda de maíz se puede utilizar…
El taro (Colocasia esculenta), con sus hojas anchas y en forma de corazón, es ampliamente…
La cebolla, Allium cepa, pertenece a la familia de las liliáceas (al igual que otras…
Las hojas de limón, a menudo eclipsadas por la fruta que las acompaña, aportan una…
Malva común: beneficios de esta planta poco conocida La malva común (Malva sylvestris) es una…