Corrine Sorensen –la madre del niño de 3 años– supo que algo malo estaba sucediendo con su pequeño cuando al cambiarle el pañal descubrió que la parte más superficial de su piel se le estaba desprendiendo a tiras.
El pequeño Eddie ingresó en el hospital, lugar en el que tras varias opiniones médicas fue diagnosticado con el Síndrome de la piel escaldada por estafilococo.
Esta bacteria no suele ser tan dañina, pero se había infiltrado en el organismo del pequeño a través de un corte en la piel. Su estado de salud era realmente grave y empeoraba con el paso de las horas.
Los médicos utilizaron antibióticos para combatir la infección y le administraron morfina para aliviarle el dolor. Pero su estado seguía agravándose, de modo que tuvieron que aplicarle en la piel las mismas cremas que se les aplican a quienes sufren quemaduras severas.
Gracias a los antibióticos y la pomada para la curación de quemaduras Eddie fue recuperándose poco a poco, de modo que pronto el pequeño consiguió volver a su estado normal.
Eso sí, ahora sus padres no pueden dejar de prestarle atención a cualquier pequeña herida que se haga.